A mi Dios, mi patria, y mi rey
A MI DIOS, MI PATRIA, Y MI REY
Willy, a ti, que siempre me escuchas, con tu silencio y tu mirada noble, y me respondes
con tu fervor diario, (falta el verbo… sería tal vez voy a hablarte de ese calor?)ese calor que miles de horas añoré al lado de ellos, esos a los que yo
ahora con los años existidos debo reconocer que equivocadamente admiré.
Esos, los que hora tras hora y día tras día dejan con su silencio y actitudes, que os
Maltraten, torturen y asesinen, los mismos que os tratan como cosas.
¡Ahora comprendo, tarde, pero lo hice!
Dice ella que escriba más de mí, y yo le respondo que escribir de mí es pasado, y
A mí me gusta el presente y el futuro incierto, ese que está por acudir y rebasar.
Toda mi vida he estado rodeado de violencia, producida y alentada por unos seres
innobles, que se llamaban así mismo humanos, “salvadores de la patria”, se
autodenominaban, después de rodear sus pensamientos de sangre, producir lloros
infinitos, en familias absurdamente desgajadas, y dejar durante incontables años la
atmosfera saturada de olor a pólvora .
Cuando reconozco de nuevo ese olor ocre, cutre y de miedo, adepto a mi cuerpo,
después de muchos años idos y lejanía mental, me adhiero en mí mismo y dormito.
La combatí, intentando que las huellas que indefectiblemente me iba a producir,
no se reflejaran en mi cuerpo ni en mi mente; algo conseguí, aunque no salí indemne
de la misma; nadie lo hace, algunas marcas reflejas quedan, pero ya las cicatrices “
exteriores” están casi selladas por el tiempo. Las interiores, son de dificultosa solución,
estas, afirmo fehacientemente, que nunca se obstruyeran del todo, me han
acompañado y creo que lo harán hasta el final, las llevare conmigo, permanentemente
hasta en mi bolsillo pijamil.
La batallé, pero nunca la entendí, eran otros tiempos, ya casi se pueden leer aquellos
años devastadores en los libros de historia, uno ya tiene sus años, eso sí, bien
merecidos y facturados, como todo buen vino, encerrado en subterráneos lagares,
bien cuidados y fermentados, y vigilados por exquisitos enólogos que lo mimaran
hasta que esté a punto de ser saboreado y degustado; y yo, al lado de los ya lejanos
recuerdos que un plazo de vida me acompañaron, y fueron míos recordándolos,
gozaré y me recrearé con el sabor de este añejo, exquisito y bien elaborado caldo.
En mis años peques, que yo también los he tenido, me enseñaron y por ello cuando
prosperé en años y cuerpo, luché con las armas y ahora lo hago con la palabra, a
respetar la vida, cualquier clase de vida, me enseñaron amor, respeto hacia todos los
seres vivientes, me inculcaron honradez, que debía conseguir todo lo que anhelase
con mi trabajo, que si algo deseaba me lo debía ganar honradamente; ese fue mi
bendito padre, que la sencillez no estaba reñida con el amor y la dulzura; esa es mi
admirada madre.
Y crecí y me rodeé de los que se llamaban azules.
Y los rojos eran los malos, me decían, y yo me lo creía
Y ahora con ese tiempo ya olvidado aún recuerdo como he crecido, como dejé atrás
esos momentos y ya una larga vida, como luché por lo que creía eran las personas de
ideas rectas y corazón noble, como era mi pasión, aquel lema, de TODO POR LA
PATRIA.
Y luche, ame, salvaguardé y protegí las ideas que un día, ya asustado por el tiempo
transcurrido, fueron ideales en mi corazón, rectitud en mi mente…
Y seguí “engordando”, entre azules y rojos, a veces, mezclados, y otras, unos más
numerosos que otros, pero mi alma mi corazón y mi mente seguían creyendo en el
color azulado del cielo, pero a veces la mayoría de los tiempos, lloraba por no
comprender, mentía por recordar y a sucesiones imprevistas huía de la rutinaria
realidad que me asustaba por no creer.
Y el castillo construido a base de estaciones, de ideas firmes de fuerza inesperada, de
auxilios perennes, con cimientos emergidos de la roca firme de las ideas, de almenas
mirando al prospero horizonte, se derrumbó con un realidad no muy lejana en el
tiempo y que no tardaría en ser omnipresente en mi alma, y en mi mente todavía de
color azul marinero.
Y tampoco entendía, a un “rey”, inmoral, caduco, mentiroso a su pueblo, al que
debería representar y respetar, y a un marido infiel a doble partida,
En una palabra: bochornoso. Un rey al que un día jure defender, se debería
avergonzar de ser homófobo, cazador, sádico en lo más alto de su corona. ¿Qué
queda ya del que nunca fue, pero se creyó ser, qué recuerdo y ejemplo a no seguir,
debemos imitar?
Una monarquía con cimientos de arena.
Ya no concibo a un rey, a ese rey que un día apalabré escudar, y si era necesario con
mi vida, no admito que disfrute con el sufrimiento de animales, como autor y como
espectador, a un rey que aplaude, y premia, lo peor de la raza a la que pertenece; a
los que disfrutan con el sadismo más cruel, con la agresividad infame y el lloro de
muchos
Un día tuve entre mis manos y devore con avida pasión, La escopeta nacional de Vizcaino Casas. Me produjo sensaciones alguna vez vividas y todavía hoy en dia añoradas en el tiempo por considerables encariñados del pasado
Hoy en día puedo, debo y siento que "mi rey" para mí es, UNA VERGÜENZA
NACIONAL. Leyendo un libro de reciente publicación, cada página que queda atrás en
mi lectura me avergüenza más.
Este ya caduco, vejete, anónimo y ya olvidado "rey" para mí, y para otros muchos, me
produce ya sinceramente una lamentable antipatía, unida a una lástima exacerbada
por la soledad de un " símbolo" que nunca lo fue, aunque lo quiso aparentar, pensar
para lo que ya quedó, me produce sinceramente olor a nauseabundo.
¡Gracias "mi” rey!
¡Ahora a una vida “relajada” y si se puede de vez en vez, aunque sea a trompicones a
saborear un mínimo de los caprichos que un día olvide!
En este momento cuando estoy rodeado de corazones blancos, no entiendo que una
imbécil de pacotilla, innoble de cultura, abyecta de corazón, payasa por vocación y
casi septuagenaria por devoción, aunque no por ilusión, me llame antiespañol por el
hecho de ser antitaurino, por defender la vida y no la tortura, por agradecer la vida y no
la muerte.
“Y un día, no; una vida, ya pasada y sufrida y nunca vislumbrada, yo sin forzarlo, por
estar convencido de ello, supedité mi corazón a mis arraigadas ideas; por ello preservé
personas y bienes, por salvar lo que durante un largo, lastimoso y quejumbroso
tiempo, rodeado de azules, mamé, creí, y engullí con todo el fanatismo posible de esos
años, era lo mejor, para Dios, mi patria y mi rey.
Y existí, pero destruí y demolí mi juventud, mis esperanzas, por unas ideas aferradas y
fuertemente arraigadas, pero mal entendidas; lo hice todo por ellos, los azules, por los
que yo creía limpios de corazón, impolutos en su fe y llenos de generosidad hacia los
demás. Los observaba y los mismos, siguen en su rutina de misa y mantilla, los días
de celebración.
Y continué creyendo en ellos
Y llego un ciclo, por fin descubierto, que viví día tras día rodeado de corruptos, “gente
azul” que se saludaban entre rejas, recordando momentos desfilados y llenos de
podredumbre. Gente de misa los domingos, procesiones de Semana Santa y
asesinatos de toros para redondear la tarde dominical; Por eso de la educación
exquisita; creer en Dios, amor a la patria y tradiciones que no han de perderse.
¿Y esos eran en los que yo un creí y preservé?
"El amor a los Toros me lo transmitieron en mi familia después del cristianismo y del
amor a la Patria, que son los valores esenciales que aprendí en mi casa”(Esperanza
Aguirre)
"No amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y
ladrones que socaven y roben. Amontonad más bien tesoros en el cielo, donde no hay
polilla ni herrumbre que corroan ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté
tu tesoro, allí estará también tu corazón". (Mt 6, 19-21
En la mía, familia humilde, pero rica en valores me enseñaron a amar la vida, no
dormirme en misa y tardes de visita a los abuelos, y para merendar catas con aceite,
nunca de toros.
Esos eran mis domingos.
Es una vida, y por diversión nunca hay que arrebatársela a ningún ser sintiente. Dios
es el único que debe hacerlo, me inculcaron.
Y así me educaron, y progresé.
Y volví a escuchar millones de voces que gritaban, e increpaban.
Aguirre: Sería bueno que te preocuparas por todo lo ilegal que has permitido
Y la misma acosada de tejer la mayor red clientelar en la Comunidad de Madrid
Otra gran azul.
Pero bueno son pecados veniales, pensaría ella
“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el
Reino de los Cielos" Evangelio de Mateo (Mt 19,24)
Y escrutaba día a día también a los antiguos defensores de la bandera de color rojo amarillo y morado, y ninguno les iba a la zaga
Cuando a las cuatro de la mañana de una noche cualquiera me topé con aquel tipo, me pareció simpático, maleta de cartón al hombro, abrigo rematado por una bufanda a rayas y principio de calvicie.
¡Soy Roldan.!
¿Y, que quiere, no le conozco?
Soy el nuevo Gobernador civil
Pocos años después, era detenido en un país del medio oriente e ingresaba en una prisión de Ávila.
Ni los rojos
Y me desbordé,
Y ahora ya cansado, sometido y reventado a las realidades cotidianas, me refugio en
Dios, una vez terminada mi “fe” en esos a los que un día “adoré” y defendí con mis
ideas, mis armas y mi buen hacer. Mi educación azul estaba día a día siendo
sobrepasada por la realidad cruel y barata de un mal rey, unos azules mentirosos y
corruptos y una patria desmembrada, por los mismos a los que un día yo les jure
fidelidad y exponer mi vida, hasta si se me necesitaba la sacrificarla por ellos y mi
patria.
¿Qué me queda ya?, me pregunté
Solamente los recuerdos de amigos, grandes compañeros y personas para mí
anónimas con sus miembros desmembrados, y su sangre regando las calles en un dia
cualquiera de lluvia torrencial, terminado esta en las alcantarillas en un agua morada
de color sufrimiento y miedo, en cualquier ciudad de esta España que un día defendí,
por la sencilla razón de recibir una educación en la que un día creí, y todos de los que
me rodeé, creyeron de buena fe, que era la mejor, y que las personas, esas llamadas
de Dios y misa los Domingos, la han borrado y disipado de mi mente con su actitud
diaria.
¿Y ahora qué? me preguntaba diariamente entre sollozos, miedos, lagrimas, dudas,
incoherencias envidias, y nostalgias.
¡Yo no terminare así!
Y me refugié y huí de mis momentos pasados y vividos, pensamientos con bruma
diaria, una vida por venir y disfrutar y mis lágrimas y llantos que ya nunca volverán.
Y me pregunto cómo y porque dieron unos tanto por tan poco recibido
Y sigo haciéndome esa pregunta día a día tras muchos años ya transcurridos,
escondidos y soterrados de una realidad que va cada día a peor.
Dios, eres lo único que me queda; no me falles
Willy vámonos a dormir, ya es hora, mañana a seguir subsistiendo...Si nos dejan