El tercer pecado Capital
El tercer pecado capital
“Cuando el amor se reprime el odio ocupa su lugar”
Havelock Ellis
Son días de ilusión, de paz, amor, de felicitaciones y buena voluntad, para los cristianos, ha nacido el hijo de Dios.
Pero el pecado de la gula será el arrepentimiento subliminal por el que se confiesen los cristianos por estas fechas.....Y todo quedará perdonado.
Hemos construido un mundo artificial solo para los saduceos habitantes de los templos.
Los no creyentes lo celebraran igual, vacaciones paganas, a engullir, reír y vomitar, mientras medio mundo llora.
¿Buscamos la felicidad que durante todo el año se nos negó? Creyendo que en estos días la encontraremos por brindar con cara “noble”, palmadas de payaso, sonrisas beatíficas y dentadura de cristal.
Todo es bienvenido; es Navidad.
El consumismo voraz nos invade estos días.... ¿de celebración? ¡No! de risas hipócritas, lujuria estomacal desmedida y entorchados de papeles cremosos.
España es uno de los países de la UE donde más comida se tira a la basura. La noche buena es el día que mas alimentos se desperdician.
Las montañas de basura ahogaran el futuro de nuestros hijos. Ostentamos el record de ser el tercer país de la UE con más pobreza infantil, idolatramos a dioses de barro perecederos, impúdicos y deshonestos
En el mundo “civilizado”, la mayoría de la comida acaba en la basura. Por su aspecto la despreciamos aunque sea comestible.
Mientras, un sinfín de personas desdentadas, retiran la manta que los cobija en un posible cochambroso portal, para rebuscar en la basura un trozo de coscurro mohoso, posiblemente podrido.
Reparten su botín entre los que comparten con ellos su tétrica y lúgubre subsistencia, fieles a sus principios de nula gula y alimento para todos.
Los humanos fingidores de buenas prácticas, de capiruchos retorcidos, saetas cantadas pero no sentidas, túnicas mancilladas y flagelos odiados, les deniegan el techo y el pan.
La hipocresía desdeñosa que desarrollamos estos días es infinitamente inferior al valor moral que creemos poseer como personas.
Sevilla con su Semana Santa, Toledo con su Corpus y podríamos seguir por cientos de ciudades de este país, plagado de procesiones, culto y albergues, pero con personas sin techo por sus calles, suplicando caridad. Arrinconados por una sociedad opulenta, pero sin valores, tétrica y malvada, adoratriz de “ídolos” con pies de barro.
Su gran pecado es compartir su pan y compañía con “animales”; los arrastran a la soledad más mugrienta.
-¡¡¡En compañía de animales, no pueden dormir bajo nuestro mismo techo!!!
Gruñen cristianos y paganos al mismo tiempo.
¿Quien practica de verdad la caridad cristiana?
Nunca pensaremos que posiblemente los hayamos arrastrado a la pobreza más ínfima por el individualismo monstruoso que condensamos.
Caminamos colgando de cajas comprimidas de consumismo salvaje. "¡Ahí está, desviamos la mirada, no queremos ver la realidad!"
Es Navidad, a reír, cantar, bramar y pecar.
Después de la gula y la denegación del techo hay que solicitar el perdón.
¡¡¡ Todos a misa, pero con confesión!!!
Su perro se negó a abandonarle cuando este hombre sin techo murió en la calle,mientras el resto ya ni recordaban la imagen que habían visto fugazmente e ignorado al pasar.
Manu & Willy