La historia de un "valiente"

 

LA HISTORIA DE UN “VALIENTE”

Día lleno de luz, noche entera de tristeza, caen las lágrimas, la luz se apaga.

-Te cuento alguna historia más, Willy?

“Ya va este, madre mía, otra vez no…….….guau”

Cara de inocente.

Hace unos días vi a un “hombre” suplicar, llorar, implorar a Dios y los santos en los que dice que creía; de esos hombres a los que algunos llaman ¡valientes, maestros, toreros!, y no sé qué cosas más; yo pensaba, o  eso es lo que me enseñaron de pequeñico allá por los años 60, uno de esos maestros de pueblo, nos reiteraba continuamente que a los que se les llamaba valiente, maestro, era a alguien culto, que enseñaba a los demás que había inventado algo, que era un poeta, un escritor, un sabio, alguien a quien admirar por sus dotes de hacer el bien a la humanidad, a todos los seres sintientes; no a un coleccionista de sangre; ay aquellos tiempos pasados…………………….y siguieron pasando los años.

  • Y Willy como siempre en la alfombra a mis pies haciendo como que “escuchaba”
  •  
  • Y transcurriendo los años conocí a muchos valientes, pero el protagonista no entra en esa categoría, es todo, menos eso; un valiente.
  •  
  • Noche tremenda gris, amanecer lleno de bruma, mañana para seguir durmiendo; “debería de pensar”. Mes de primavera naciente.

“Valiente” en  el ruedo idolatría al hombre, adictos a la muerte.

Tardes veraniegas, llenas de gris, jaleadas por seres incívicos, ego propio, egoísta y cruel, lleno de sangre. 

  • Luces deslumbrantes, ánimo despedido, amargura total, solo en la noche, cae la bruma se enciende el día.
  •  
  •  Y ya está, todo se fue, adiós, lloros de muchos, hombría de pocos, se lo lleva la muerte; otro a
  •  “sufrir”.

Ego de “valiente”, idolatría al hombre.

Se llena la sala, cara triste, lloros por doquier, sentencia humilde.

 Y el “valiente” se “revistió” de otro “capote”; del más caro que se pasea por esta piel de toro como diría él; “posiblemente a base de mi ego extendido, otra vez me idolatren”, pensó; pero esta vez, no, las pruebas de su propia sangre imbuidas en liquido infame le delataron, noche degradante, indigna, cruel, todo estaba ahí, sin  “drogas”, hoy había ningún picador borracho de sangre, y rodeado de banderillas, sedientas de muerte, cuernos limados para mejor lucimiento de un “maestro”. Esta vez se debería enfrentar, como un valiente, y no supo hacerlo; triste cobarde.

Y se escurrió y no sonaron aplausos de seres incívicos, llenos de hipocresía, de admiración taciturna, de tardes plagadas de sol, color ocre, y de muertes de inocentes.

¿Y ahora que voy hacer? Dios y todos los santos, entre lloros y cámaras de tv suspiró, ya no hay ego, no hay idolatría compartida, sólo hay sabor a sangre y olor a muerte causada, en todas  mis tardes de “gloria.”

Y pediré perdón, por el daño causado, soy un “valiente”, de tardes de sangre y lloros en la sombra.

Y produje la muerte en la carretera y la deje en los ruedos y la encontré en mi sien y la trastoqué en odio, y la encerré en mí.

  • “Pero sigo siendo un valiente de tardes de acero, noches de infamia y muerte sin pesar. 
  •  
  • ¿Jo otra vez roncando, Willy?
  • Se despierta, pasos vacilantes……….. me despide con unos lametones y se va directamente a su cama, con cara de aburrido.
  • Vale la próxima vez prometido te contare la historia de un valiente; se muchas; pero no están plagadas de sangre………………solo de amor.
  • Y yo me voy a la cama, a pensar y soñar en ese "valiente" de ojos de niquel ,risa de papel y valor trastocado.
  • ¡¡Valiente cobarde¡¡
  • No me importa saber si un animal puede razonar. Sólo sé que es capaz de sufrir y por ello lo considero mi prójimo”.
  • Albert Schweitzer
  •